Mamá, quiero ser guionista

Un día dije aquello de 'mamá, quiero ser guionista' y entonces ella...
¿por qué no me abofeteó?

miércoles, 14 de septiembre de 2011

Bajo la piel de Almodóvar



Bajo la piel de Almodóvar hay muchas sensaciones que salen al exterior en forma de historias rocambolescas. 'Hable con ella', 'Volver'... parece que al director manchego le atormentan las pesadillas de la muerte y las manifiesta en sus películas otorgándolas con su mano maestra un toque de realismo mágico.

Fui a ver esta última cinta con amigos vacía de expectativas después de las airadas críticas que, como siempre, le profesan sus detractores. Mi opinión discrepa, quizá no sea ésta la mejor de sus obras pero tampoco no es la peor ni, de lejos, tampoco la más decepcionante.

Pedro Almodóvar retoma sus temas de siempre, las violaciones y los cambios de sexo pero, una vez más, sabe elegir con su mirada una puesta en escena original con los colores vibrantes de un sello indiscutible. Se le puede reprochar tal vez que sea más larga de lo convencional, pero no que la narración no te conduzca ágilmente gracias a unos saltos temporales matemáticamente construidos que ayudan a desgranar las sorpresas a pequeños sorbos, sin que te abandone en la butaca una constante sensación de inquietud.

Tampoco llama la atención que Antonio Banderas se meta en el papel de malo con una elegancia suprema ni que Elena Anaya desborde con su belleza los marcos de la pantalla o que Marisa Paredes sepa transmitir con fuerza natural la controversia de su personaje. Ellos ya nos han acostumbrado a esto. Lo nuevo de las interpretaciones radica en el jovencísimo Jan Cornet, destilando ternura y rebeldía a partes iguales.

Si os gusta Almodóvar, id a verla. Si no os gusta, ¿por qué no darle una nueva oportunidad?

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