Mamá, quiero ser guionista

Un día dije aquello de 'mamá, quiero ser guionista' y entonces ella...
¿por qué no me abofeteó?

domingo, 30 de enero de 2011

'The Inbetweeners', una comedia políticamente gamberra



















Como una ebullición de hormonas, así podríamos definir la comedia británica 'The Inbetweeners'. La cadena E4 ya ha emitido 3 temporadas de 6 capítulos cada una y prepara ya una cuarta. La serie explora el despertar sexual de 4, si decimos patéticos nos quedamos cortos, quinceañeros un tanto peculiares.

El pistoletazo de salida lo da Will McKenzie, cuando su madre se separa y se ve obligado a pasar de su pureta colegio privado a uno público del extrarradio. Target de todas las gamberradas , Will acaba haciéndose hueco, no sin estupefacción y conformismo, en el grupo de 'freaks' formado por Simon, Neil y Jail, amigos de toda la vida.

Los poco más de 20 minutos de cada capítulo nos guían por desternillantes tramas que relatan sin complejos cómo estos individuos juegan a ser adultos, sin conseguir ser más poco más de una parodia de lo mismo. Perder la virginidad, cómo comprar alcohol siendo menores, el carnet de conducir o los exámenes, son algunos de los quebraderos de cabeza de estos redondísimos personajes. Ideas de fondo más que mascadas en un sinfín de series adolescentes, pero a las que se les ha dado una vuelta de tuerca original y siempre curiosa.

Will, de ascendencia árabe y mínima estatura, intentará conservar su faceta de estudiante brillante, sin éxito, como cabe esperar con semejante pandilla. Por si fuera poco, por dentro lleva la procesión de tener una madre que hace las delicias de las babas de todos sus colegas. A la postre, va desarrollando un humor cada vez más afilado, que logra dignificarle en los momentos inimaginables.

Entre tanto, Simon hace lo bochornosamente imposible por conquistar el corazón de su amada Carli D'Amato, a la que se desvela que ama en secreto desde la infancia. A su vez, Jay parece más centrado en fanfarronear sobre sus ocurrentes, mayormente fruto de su imaginación, aventuras sexuales, mientras que Simon, el más estúpidamente entrañable del grupo, se entretiene en defenderse de las acusaciones de homosexualidad que le lanza su propio padre.

Es sin duda ésta una banda bizarra, que nos integra en sus inquietudes con unos diálogos frescos que hacen un repaso sin pudor a toda la 'jerga' más callejera del léxico inglés. Con una estética realista, que gusta de abusar de la cámara en mano y de los planos cortos, puedes amar o detestar esta serie, pero lo que es seguro es que te dará una bofetada en toda la cara, y eso no se olvida fácilmente.

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