‘Para siempre’ no significa nada, es un concepto individual
y subjetivo por la propia naturaleza mortal del ser humano. Si alguien te dice
que te quiere para siempre te está mintiendo porque su inmortalidad no existe.
Hay quien cree que los sentimientos son etéreos y perviven más
allá de un cuerpo inerte, que nos acompañan en forma de materia invisible y
silenciosa. Tan solo nuestro alma es capaz de aferrarse a ellos como suyos,
deleitándose con su esencia o ahogándose en los malos recuerdos.
Yo soy más de la opinión de que los sentimientos, con el
paso de los años, son más susceptibles de convertirse solo en eso, en
recuerdos, sobre todo cuando la persona ya no está cerca. Es más, me atrevo a
confesar que a medida que he ido batallando en cuestiones sentimentales, me he
ido dando cuenta de que la mayoría de los estados de enamoramiento son
engañosos, y son más un trabajo mezquino de la mente que del propio corazón.
Me explico, queriendo decir con explicar que solo voy a
vomitar el sinfín de dudas que todo este tema me provoca, el corazón tiene
condición de ciego. Eso es una realidad, puesto que a veces inventa cualidades
en otros seres que no son para nada ciertos, son exagerados o son directamente
opuestos. Pues más bien, mi teoría es que todos esos argumentos es la mente
quien los inventa, quien los pone a modo de lentes –como ya apuntaría Kant-
para que miremos al otro de una forma especial. Mientras tanto, el corazón solo
se dedica a sentir, más o menos intensamente, pero sin cambiar demasiado de una
relación a otra.
Y sí, ni me he equivocado ni he dicho una cosa que no he
querido decir: a mi entender, los sentimientos son exactamente iguales
independientemente de con quien asumamos el compromiso amatorio. No sé los demás,
pero mi ejemplo es que cada vez que he experimentado el placer –o el dolor- de
una historia amorosa, me he dejado ver vulnerable, he sentido ansiedad por
estar al lado del otro y se han adueñado de mi cuerpo un sinfín de
ensoñaciones, elucubraciones y cosquilleos. Exactamente de igual forma una y
otra vez.
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